CADA TEMPORADA ES NECESARIA

 

El éxito del crecimiento de una planta depende del cuidado que se le dedica durante cada temporada, en particular durante la siembra. Tras la siembra, la semilla atraviesa todas las estaciones: primavera, verano, otoño, invierno; la temporada de lluvia y de sequía. Se enfrenta a diferentes condiciones atmosféricas, insectos y muchas dificultades antes de conseguir crecer y germinar. Lo mismo ocurre con nuestras vidas. Cada temporada es necesaria para un crecimiento y desarrollo apropiados, tanto físico como espiritual. Hubo un tiempo en el que eras un embrión diminuto, pero mira lo grande que eres ahora.

 

En Eclesiastés 3:1, la Biblia afirma claramente: “Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. Esto significa que hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir; un tiempo para estar feliz y un tiempo para estar triste.

Dios permite que todo tenga lugar en su tiempo y estación determinados. Puede que no lo entendamos, pero es lo que constituye la belleza de la creación. La siembra y el verano son necesarios antes de la siega del otoño. 

Sin embargo, nuestras experiencias tanto en la vida pública como en la privada no siempre concuerdan con nuestras aspiraciones, expectativas y probabilidades. 

Hay algo mucho más importante que tu situación. Más allá de tu situación está el propósito de Dios en tu vida. Aun cuando nuestros planes son rechazados por la mano invisible, tenemos que seguir la providencia divina. 

                                                                                                                                                                           Profeta: TB JOSHUA